¿Y si esa filosofía se presentara en tantas otras cosas? ¿Podría, entonces, algo único tener mil significados? ¿Son simples puntos de vista o una dicotomía entre realidad y ficción?
Si nosotros somos el timón de nuestro destino, ¿Por qué nuestros planes no se hicieron realidad? ¿O será que el destino es un juego de extremos irreales a los que estamos sometidos?
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No me gustan los anonimos. No me gustan las malas criticas ni nada que puedas decir sin razon alguna.
Si no cumplis con eso retirate.
Saludos, Lucía.