lunes

La charla pasó en ese lugar que inventamos como banco, pero esta vez no se trataba trivialidades. No sé si era verano u otoño, no recuerdo bien, pero puedo jurar que todo caía como hojas secas y frías. Yo me sabía el guión de memoria. El brillo de los ojos tiritaba como el invierno. Sabía como actuar y un poco a propósito huí de la escena escribiendo nuestro destino, donde me prometías ibas a hacer cualquier estación primavera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

No me gustan los anonimos. No me gustan las malas criticas ni nada que puedas decir sin razon alguna.
Si no cumplis con eso retirate.
Saludos, Lucía.