La gente se empeña en
etiquetarnos, en decir como somos, que hacemos, que no hacemos. A mas de uno le gusta sacar conclusiones de simple palabras, analizarlas y formas ideas que pocas veces terminan siendo verdad. Y hasta puedo decir que alguno que otro encuentra
regocijo en las
lágrimas de los
demás. Porque uno puede dibujar un
corazón enorme y escribir el nombre de la persona amada dentro, pero pocos
sabrán lo que
sentía esa persona cuando contorneo con el
lápiz dicha forma.
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No me gustan los anonimos. No me gustan las malas criticas ni nada que puedas decir sin razon alguna.
Si no cumplis con eso retirate.
Saludos, Lucía.