No voy a olvidar tus risas contagiosas en cualquier momento del día, la música que hacías con los dedos, ese brillo en los ojos que tenias cuando hablabas de jazz y de tu abuelo, ni tu cara de ángel, tus ojos caramelo. Los perros que te hacías de amigos en cualquier lado, ni tus palabras ni tus metáforas. El golpe que le diste a mi corazón, la dulzura con la que trataste a mi cuerpo. La lluvia y las sabanas que alguna vez fueron nuestras. Tu mirada que me llevo al cielo con una canción de los Beatles de fondo. Tu felicidad, tu sonrisa pura. Tu fulgor, tu esencia y esplendor. Las noches que nos quedamos hablando solo de pavadas. Las charlas de Cortázar o de lo que cada uno quería ser. Las veces que cayó el Sol y ni nos dimos cuenta. Las mañanas que me cuidaste, los besos inexplicables..
Quizás vos tampoco me olvides nunca, te amo.
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Si no cumplis con eso retirate.
Saludos, Lucía.