Creo que esta es la ultima oportunidad que le doy a mi cabeza de comprender las cosas. No me entra, no me cierra, no comprendo como las personas que son parte de tu vida de un día para el otro se van. Mas incomprensible es que yo las siga queriendo, que las respete, y que aun dejando todo de lado, les agradezca sus actos (malos y buenos).
Parece que no avanzamos nunca, que la imparcialidad nos gana siempre.
Puedo hacer balances de los buenos y los malos, pero aun no comprendo que es lo que quiere cada uno del otro, y ¿para qué?
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No me gustan los anonimos. No me gustan las malas criticas ni nada que puedas decir sin razon alguna.
Si no cumplis con eso retirate.
Saludos, Lucía.