Y no hay nada como caminar por Ramos Mejia de vuelta a tu casa, auriculares en los oídos y reviviendo cada momento que paso por ahí. Por esas calles, atrás de esas rejas, arriba de esas escaleras.
Venia bailando sola pero alguien estaba al lado mio, todo el tiempo.
Te amo.
Hola Lucía! En primer lugar te agradezco que nos hayas visitado en nuestro blog, porque gracias a eso puedo visitar ahora el tuyo y leerte.
ResponderEliminarEs cierto... ¿Qué mejor que caminar o viajar en colectivo pensando y escuchando nuestra música favorita?
Un beso grande
Lolita
jajajjajajaa no se si alegrarme, o llorar por la humanidad!
ResponderEliminarsaludos :)