miércoles

por culpa del Sol

Varias personas querían viajar allí, pero la ciudad no existía en los mapas, ni patrones, ni listas de estaciones. De vez en cuando se imprimían boletos con destino a Macon Heights, pero aveces estaba y aveces no.
Pidió que investiguen sobre la ciudad fantasma. La información aclaraba que esta nunca había sido. Sin embargo emprendió viaje.. una, dos, tres estaciones. El tren comenzó a bajar su velocidad como llegando a un nuevo puerto, pero no había señal alguna de que esta era una estación. Pregunto, -estamos en Macon Heights fue la respuesta-. Se tiro al lugar sin destino. Atravesó el campo y llego. Recorrió la ciudad que parecía tan real como la de el. Por fin estaba en la anhelada ciudad, y existía. Allí se podía oler, tocar, sentir.. tal como en la de el.
¿Y la de el? Desesperición, miedo. Se subió al primer taxi y pidió la vuelta. El viaje mas largo de su vida, por primera vez empezó a preguntarse adonde había estado, si iba a volver y encontrar lo que conocía.
Las fachadas eran las mismas, los carteles y las luces también. Llegó a su hogar, sus cosas no eran las mismas. Se había perdido en el tiempo, en la ciudad fantasma que (nunca) existió.
Se había inventado un lugar que nunca fue, se había perdido entre conjugaciones de tiempos verbales. Estubo en lo que nunca fue, descuidando lo que siempre tuvo.

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